Es la principal
novedad del cine sonoro. En 1932 el mismo Mamoulian dirigió Love me Tonight, con números musicales
grabados antes del rodaje, lo que producía mayor gracia visual en esta
chispeante comedia influida por Lubischt.
Coreografías y
números musicales intercalados cada 5 o 6 minutos eran la base de un cine
repetitivo y poco original. Merece mención aparte el virtuoso claqué de Fred
Astaire y Ginger Rogers entre 1933 y 1939 pero habrá que esperar a después de la
guerra para la renovación del género con Vicente Minnelli y Stanley Donen.
Night and Day, 1934 con Fred Astaire y Ginger Rogers
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